Los docentes de Santa Cruz dando clases al país.

Por Cristina Urtizberea 
Las luchas incansables en la Santa cruz bajo cero son una enseñanza para todos los trabajadores.

Salimos de Trelew a la madrugada del domingo tapadas por la ceniza, con las compañeras del Centro de Estudiantes de humanidades y Ciencias Sociales y de la FUP.

El auto de cuatro mujeres guía la caravana hacia el sur, conformada por un colectivo con más de  sesenta docentes y militantes de Buenos Aires, La plata, Rosario, etc; además acompaña un vehículo de Neuquén, luego se sumarán dos vehículos mas de Comodoro.

Nuestro auto pasa inadvertido el control de gendarmería a la salida de Trelew, el colectivo es detenido por media hora, a unos metros esperamos a nuestros compañeros, vemos como gendarmería ingresa perros al colectivo. Luego del pedido de documentación, de revisar los bolsos y los alimentos para nuestros compañeros de Santa Cruz, nos permiten seguir el viaje.

En la entrada a Comodoro Rivadavia nuevamente el control policial nos deja pasar sin pedirnos ningún tipo de documentación. El colectivo nuevamente es detenido nuevamente la caravana se atrasa más de media hora.

Luego de la espera y de que sumaran a la caravana dos autos de comodoro, seguimos el camino hasta el cruce con Santa Cruz con la música de Calle trece de fondo. Nosotras guiamos la caravana aunque en este trayecto no conocemos el camino, esto no lo supieron nunca los conductores del colectivo ni de los demás autos. Llegamos al cruce y nos piden los documentos, logramos pasar a Santa cruz. Sin embargo nuestros compañeros no corren la misma suerte: no dejan pasar el colectivo porque los choferes no completaron la planilla sobre las horas de sueño.

Debido a  que nosotras logramos pasar vamos por la ruta en busca de señal , necesitamos comunicarnos con los compañeros de ADOSAC Caleta Olivia, mientras vemos vehículos de gendarmería y de la policía camino al cruce. La conductora pisa el acelerador y por momentos temo por mi vida, conseguimos señal, a través de múltiples llamadas a Rio gallegos, Trelew y Buenos Aires, logramos conseguir ayuda.

Regresamos al cruce para acompañar al resto de la caravana. Sacamos la bandera, alguien trajo un bombo y al costado de la ruta anunciamos nuestra llegada a Sana Cruz. Los trabajadores que pasan por la ruta manifiestan su apoyo con gestos de afirmación y bocinazos, más gendarmes empiezan a llegar y un helicóptero sobrevuela el cruce.

Luego de un tiempo llegan los autos de los docentes de Caleta Olivia, dejamos el colectivo y nos vamos en caravana de coches al destino. Entramos a la ciudad y nos reciben con bocinazos y fotos.

En el sede de ADOSAC nos reciben los docentes de Santa Cruz y algunos representantes dicen algunas palabras de apoyo. Luego vamos todos a un piquete en Cañadón Seco, ya es de noche, me sorprenden las maestras jardineras que sostienen el piquete, con térmicos y botas, se reparten tortas fritas, hay una fogata, mate y canciones. El frío del sur se empieza a sentir. Algunos docentes se cubren con las banderas. Hay perros acompañando el piquete que reciben caricias de todos. Algunos compañeros hablan y se emocionan, uno deja caer sus lágrimas y yo logro contenerme con mucho esfuerzo. Las maestras hablan sobre las críticas que reciben del gobierno, de los pocos medios que informan sobre lo que pasa. Toso el tiempo destacan lo orgullosas que se sienten de sus alumnos, del apoyo que les brindan, de esos chicos que hasta ayer solo se organizaban para el viaje de egresados  que ahora luchan por la educación, reclaman por mejoras edililicias en sus escuelas. Ellas sienten que lograron algo, que sus alumnos están aprendiendo. Nosotros también estamos aprendiendo, no sé si lo sabrán.  Descubro el sentido de la caravana, era de apoyo y se convierte en viaje de aprendizaje, duro y fuerte mensaje de lucha.

Mis compañeros de estudio, otros docentes de Trelew y de Madryn me mandan mensajes de texto preguntando como estoy, quiero contarles como me siento, sobre esas maestras jardineras soportando frio toda la noche en el piquete al pozo petrolero, pero se me están congelando los dedos y no logro moverlos.

Mientras las docentes del piquete, junto a otros docentes, nos cuentan como se sienten, como fueron aprendiendo a organizarse, como sufrieron cuando sus compañeros fueron golpeados por reclamar, como está el profesor de música que perdió la audición por los golpes. Algunos ponen mas madera a la fogata.

Algunos miembros de la caravana se quedan con las docentes del piquete y nosotras vamos a la asamblea que va a empezar en Caleta Olivia. Llegamos y cerca de trescientas personas toman decisiones, el que quiere puede tomar el micrófono y hablar, se brindan palabras de apoyo. Me llama la atención que pese a llevar cuarenta y cinco días de paro, pese al frio de los piquetes, ellos tienen un gran sentido del humor, todo el tiempo se dan aliento. Una maestra toma el micrófono y dice “Compañeros, esta semana es decisiva…” todos se empiezan a reír y ella dice “si, ya sé que todas las emanas son decisivas…siempre decimos lo mismo” y ríe. Se anuncia una vigilia de apoyo al reclamo, organizada por diferentes instituciones  religiosas: mormonas, evangélicas, católicas. Aclaran que el reclamo es por la reivindicación salarial, a favor de la democracia, pero que no les interesa sacar a ningún gobernante. Todo el tiempo se destaca la decisión de las bases, el apoyo moral, el mensaje de no desanimarse si el martes no hay buenas noticias en la reunión. Predomina el apoyo moral.

Charlamos con una docente que llevo a su hija a la asamblea, nos cuenta que ya no tiene niñera, no le puede pagar porque hace mucho tiempo que no cobra el sueldo por el paro. En la cocina hay muchas docentes cocinando. Desde allí se lleva comida a las y los maestros de los piquetes., charlamos con los docentes de Caleta, aprendemos, preguntamos en que podemos ayudar. Nos informan que la provincia de Santa Cruz tiene ocho mil cuatrocientos docentes y de ellos seis mil setecientos están afiliados al sindicato ADOSAC, Caleta Olivia, las Heras y Río Turbio son los sectores más combativos.

Cenamos y dormimos en Caleta Olivia. Llega el día en Santa Cruz, los sureños nos aconsejan desayunar para soportar el frio en el próximo piquete. Luego todos vamos a Pico Truncado. En este piquete es diferente, ya hemos pasado el sentimiento de sensibilidad, tomamos mate con los maestros del piquete, descubrimos que saltar y cantar ayuda a soportar el frío.

Un maestro especial nos comenta que es difícil sostener un paro de tantos días para ellos y para sus familias, que el poco rato que están en sus casas es para descansar, porque sino no logran soportar tantas horas en el piquete, a esto se suma las dificultades económicas de estar sin cobrar el sueldo, se lamenta por no tener tiempo para poder estar con su familia ni con sus alumnos, dice que espera que todo esto termine pronto porque quiere volver al aula. Me cuentan el caso de la maestra que duerme en el sindicado porque alquilaba y el propietario es partidario del gobierno actual y la desalojó. También me comentan que varios directivos recibieron cartas documentos para que no apoyen el paro, que cincuenta docentes han sido procesados solo por estar al costado de la ruta, que quieren sancionar a los alumnos que tomaron las escuelas.

No dan ganas de irse, nos abrazamos y nos despedimos de los docentes de pico truncado, nos despedimos de los compañeros de caravana que siguen rumbo a las Heras. Las cuatro mujeres regresamos a Trelew. No nos detiene ningún control policial, parece que irse es fácil, lo difícil es entrar a Santa cruz.