(Fuente OPI Santa Cruz) 11/06 – 00:30 – Finalmente los jueces y el negociador de la policía lograron convencer a los jóvenes que habían tomado la sede del gremio docente, que depusieran la actitud, luego de 5 horas de tensión. OPI pudo reconstruir paso a paso cómo se gestó la toma del edificio. No todos eran tan jóvenes y engañaron a los más chicos para arrastrarlos en la aventura. Los fines: políticos. Acusaron a Rudy Ulloa Igor como impulsor de la idea y a su UB como aportante de la militancia que organizó el acto de ocupación. Vea la galería de imágenes
Hace poco más de dos horas y media concluyó la ocupación de la sede gremial de la ADOSAC provincial en Río Gallegos. Luego de una larga negociación con los jóvenes que se encontraban en su interior desde las 16:30hs, el Juez de menores, Secretarios y el negociador de la policía provincial, lograron convencerlos de deponer la actitud y a las 22:27 hs (del 10/06) exactamente, en medio de un cordón formado por efectivos de la policía y tapándose el rostro, fue subido a una camioneta de Infantería, el primero de los jóvenes que abandonó el edificio, que permaneció tomado por 5 horas.
Luego comenzaron a salir los demás jóvenes y rápidamente fueron conducidos en el vehículo oficial con rumbo desconocido. Sin embargo, las fuentes consultadas en el lugar opinaron que serían llevados a una repartición, desde donde serían entregados a sus padres.
Una vez despejado el interior del gremio, pudimos acceder para encontrarnos con múltiples destrozos ocasionados por los ocupantes, quienes, por el relato de los testigos presenciales “algunos no eran tan chicos y estaban muy bien organizados”.
Al cabo de unos minutos salieron del interior del gremio las personas que pertenecen a la dirigencia y que permanecieron encerradas desde que los jóvenes decidieran ejecutar la toma. El Secretario General Pedro Muñoz, efectuó una síntesis de lo que había pasado y narró: “Entraron violentamente, rompieron los vidrios y nosotros nos preocupamos cuando vimos la actitud que tenían. Al principio no sabíamos ni para que venían, porque no querían hablar con nadie. Después que pudimos comunicarnos y en virtud de que habían menores acá, a pesar que nos dijeron que nos permitían salir, nosotros decidimos quedarnos por resguardo de las instalaciones y de ellos también” señaló Muñoz, quien seguidamente agregó “pero tenemos una profunda tristeza por la utilización que hicieron de ellos, porque cuando le preguntamos por qué estaban acá, dijeron que para que le pidiéramos a los alumnos que se encuentran haciendo vigilia en los colegios, que se retiren de las instituciones escolares… Nosotros le dijimos que no teníamos incidencia sobre ellos, que son grupos que actúan libremente en toda la provincia y nosotros no teníamos decisión sobre sus actos, que en todo caso lo tenían que hablar con ellos” señaló.
“Después de cinco horas que duró la toma y que se fueran de acá de la manera que se fueron – prosiguió Muñoz –queda demostrada la intencionalidad claramente política que hubo en esto y la utilización que hicieron de estos chicos. Los que estamos en el gremialismo sabemos de esto y hacemos las cosas de cara a la sociedad, de frente y poniéndole nombre y apellido a lo que hacemos. Adosac jamás se va a manejar en forma anónima, como en este caso hicieron con los chicos”, concluyó.
Así se gestó la toma
Cuando nuestro cronista estaba frente al edificio de la ADOSAC, cubriendo las alternativas de la toma por parte de jóvenes estudiantes, observó a una madre que “desesperada” y “extremadamente ofuscada” (tales fueron los calificativos que se utilizaron para describir la escena) apareció exigiendo que su hijo “saliera de allí inmediatamente”. Ella, como otros padres, habían sido notificados por sus propios hijos, de que estaban dentro del gremio y que no podían salir “porque no se lo permitían otros chicos” (SIC). Cuando estos padres tomaron conocimiento de la situación, acudieron al lugar para retirar a sus hijos, lo que produjo momentos de tensión y cierta confusión ya que para salir del interior los jóvenes tuvieron que hacerlo por una ventana trasera y saltar un paredón, dado que la puerta principal permaneció todo el tiempo encadenada, por orden de los jóvenes más grandes que lideraban la toma.
Precisamente, a uno de los chicos que salió de allí, OPI pudo entrevistarlo y lograr que contara detalladamente qué y cómo sucedió la toma, cómo se vio involucrado y quién lo llevó a ese lugar. El niño de 15 años, con autorización de su padre, nos hizo el relato completo de lo ocurrido. Su nombre lo vamos a señalar con las iniciales N.R para preservar su identidad.
“Nosotros estábamos terminando la marcha que hicimos en el centro (de Río Gallegos) reclamando por las clases y todo eso… ya habíamos terminado y estábamos hablando con otros chicos en Roca y San Martín, cuando se nos acercó un grupo de pibes más grandes”, comenzó diciendo NR. Cuando le preguntamos cuánto más grande eran los jóvenes que se habían acercado al grupo, dijo “no se, más grandes… mucho más grandes…”
“Nos dijeron que eran del último año del poli (polimodal) y que necesitaban que los apoyáramos para ir hasta la ADOSAC a entregar un petitorio, donde le íbamos a pedir a los maestros que vuelvan a dar clases”, prosiguió. “Yo y mis compañeros dijimos que sí y más o menos unos diez chicos nos vinimos caminando con ellos que eran más o menos seis o siete…”.
“Cuando llegamos frente al gremio nos dijeron que entráramos rápido y cerráramos las puertas” – continuó relatando NR – “y cuando estábamos adentro en vez de entregar un petitorio, como dijeron, sacaron una cadena, un candado y dos de los chicos rompieron los vidrios de la puerta de entrada, le pasaron la cadena y metieron el candado. Nosotros nos asustamos mucho, porque no hablaban, no nos decían nada y nos trataban como pibitos…”
“Había dos de los chicos que hablaban por teléfono y mandaban mensajes de texto todo el tiempo. Después se fueron a conversar con la gente del gremio que estaba arriba (primer piso) y nosotros nos dimos cuenta que no estaban haciendo lo que nos habían dicho que harían. Uno de mis compañeros (13 años) se puso a llorar, porque estábamos muy asustados. Los pibes que nos trajeron, después de cerrar las puertas, abrieron dos mochilas y empezaron a sacar unas remeras blancas con carteles pegados que nos dieron para que nos pusiéramos y ellos hicieron lo mismo. Después, el más grande abrió otra mochila y sacó varios tarros de pintura en aerosol que repartieron entre los mayores y empezaron a pintar todo… el piso, las paredes, una fotocopiadora que había, otro le tiraba al techo… hicieron un desastre”.
La otra cara del problema
Con el testimonio de NR nos dedicamos a ubicar a personas que nos ayudaran a armar el rompecabezas y para ello ubicamos a dos padres más, de otros tantos chicos que fueron retirados de allí, aproximadamente a las 18:00hs.
“Tengo una bronca bárbara”, nos relató Vicente G “con mi señora sabíamos que mi hijo (13 años) iba a la marcha y lo dejamos porque estamos de acuerdo con que se reestablezcan las clases, pero cuando me llamó el papá de su amiguito para decirme dónde estaban (mi hijo no usa celular) me volví loco; no entendía cómo los chicos podrían estar ahí. Yo hacía 20 minutos había escuchado por radio lo de la toma del gremio”, relató el hombre, quien contó cómo fue al rescate de su hijo, que también salió por la parte trasera del edificio.
“Mi hijo me contó que los que los llevaron (reclutaron) en Roca y San Martín eran seis o siete tipos grandes, no eran pendejos del secundario. Yo les vi la cara a dos de ellos y estos flacos pasan los 18 y 20 años y una chica que salió con ellos era mayor aún”, explicó Vicente. “Resulta que estos tipos ahora me entero que fueron mandados por Rudy (Ulloa Igor) y son de la Unidad Básica de El Carmen. Cuando me junté con el padre de una chiquita que vino en el grupo, me dijo que aquí afuera (en el exterior de la ADOSAC) había dos tipos mezclados entre la gente y los periodistas y uno en cada esquina, que eran los que mandaban órdenes por mensaje de texto a los de adentro”.
“Cada paso estuvo bien calculado y usaron a los chicos para poder entrar, porque sabían que con pibes de esta edad, nadie los iba a parar, aunque los reconocieran”, remarcó. “No se si viste – prosiguió diciendo Vicente G –que cuando la gente los empezó a identificar se borraron todos, no quedó ninguno frente a la ADOSAC. Bueno, pero manejaban todo por mensaje de texto. Mi hijo me contó que adentro, dos de los más grandes, mandaban y recibían mensajes y hablaban todo el tiempo por teléfono y después les decían a los otros lo que tenían que hacer”.
Cuando le consultamos sobre qué le hacía sospechar que podría haber ocurrido, dijo en forma terminante “es política de mierda, es Rudy y compañía que quieren echar a Peralta; pero eso a mí no me importa, lo que no voy a permitir es que usen a mi hijo y esto alguien lo va a pagar”, concluyó. (Agencia OPI Santa Cruz)
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