Por Pablo Salguero
El viernes 28 de Octubre lo/as estudiantes de la escuela 714 "Julio Cortázar" realizaron una sentada en el Salón de Usos Múltiples para exigir a directivos, representantes ministeriales, autoridades y sociedad en general, mayor seguridad en las escuelas y en sus inmediaciones. Por la tarde, a las 18 horas, completaron esta medida con una marcha que partió desde la escuela y recorrió calles céntricas y concluyó frente a la seccional segunda de policía. Dos acciones organizadas por el Centro de Estudiantes y que escandalizaron a buena parte del colectivo docente de esa escuela, que no contaron con el acompañamiento de los directivos y que asombraron a transeuntes y conductores que circulaban por el centro. Su reclamo es simple y concreto: mayor presencia policial en las inmediaciones de todas las escuelas en los horarios de salida, para evitar los asaltos, amenazas y golpizas que ya son una constante y control estricto de las personas que ingresan a las escuelas para garantizar la seguridad de toda la comunidad educativa.
La mayoría de los manifestantes son mis alumnos o lo han sido y yo que tantas horas he pasado con ellos tratando de enseñarles algo, ayer aprendí de ellos de forma acelerada que los problemas se enfrentan así como ello/as lo hacen, con la cara y el resto del cuerpo, sin demasiadas palabras y con acciones concretas que sacudan hasta los cimientos la modorra de los adultos, su montaña de prejuicios y sus miedos inerciales.
No quiero sentirme orgulloso de ello/as, al orgullo siempre lo sentí asociado a las excepciones y yo quiero que su ejemplo cunda y que se naturalice y empape hasta la última conciencia dormida. Quiero que las excepciones sean lo/as docentes que miran como ajenos, que prefieren resguardar el "buen nombre" de la escuela a hacerse cargo de los problemas. Que la excepciones sean los adultos que le tienen miedo a lo/as chicos y pavor a lo/as chico/as organizado/as.
No quiero sentirme orgulloso de ello/as, porque siempre sentí al orgullo como una muestra de egoísmo de alguien que se siente partícipe directo en la constitución de eso que es motivo de su orgullo. Y esto/as estudiantes vienen siendo, están siendo su propia construcción conciente. Una construcción que se desarrolla y crece lento, pero firme entre el ninguneo generalizado.
No me quiero sentir orgulloso, prefiero simplemente acompañarlo/as.
Nota: Diario El Chubut calificó a la marcha de los estudiantes como "simbólica". Pregunto: ¿¿qué hay de simbólico en salir a la calle con bombos y pancartas, ponerle el cuerpo al tránsito y soportar los insultos de los "incómodos" conductores; denunciar a los gritos el olvido en el que el Estado deja a las escuelas de toda la provincia; terminar frente a la comisaría para redoblar la potencia del reclamo?? Es el periodismo en general quien pretende transformar en "símbolo" una acción directa, una lucha concreta, un compromiso honesto y genuino. ¿Será que lo hacen por orden superior, por simple desconocimiento del significado de la palabra símbolo, por menosprecio? ¿Será que les duele que hasta chicas y chicos de 15 y 16 les den lecciones de conciencia social y organización? Digo, por preguntar nomás.
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