ESPACIO ABIERTO PARA QUE LEAN, OPINEN, CRITIQUEN Y COMENTEN TODA/OS AQUELLA/OS QUE VEN A LA DOCENCIA COMO LA FORMA DE PROYECTAR LA CULTURA Y EL SABER HACIA UN FUTURO DISTINTO... A TRAVÉS DE ESTE MEDIO DAREMOS A CONOCER COMUNICADOS DE INTERÉS PARA UNA PARTICIPACIÓN PLURAL DE NUESTRA/OS COMPAÑERA/OS Y COLEGAS.

martes, 18 de octubre de 2011

En una sociedad emancipada, la cultura será sinónimo de compartir

Por Paz Escobar
Lo que podría considerarse como la fase final de una carrera de grado universitaria  -la tesis de licenciatura- también puede entenderse como muchas otras cosas: la hora de poner en palabras y de sostener nuestras propias ideas; el tiempo de enfrentarse a la gran paradoja de una Universidad que exige una investigación para otorgar el título, pero que al mismo tiempo su gobierno no garantiza lo indispensable para realizarla y la necesidad de sostenerse en la “terca persistencia” de voluntades, en los principios y convicciones. Porque no se trata de cumplir un requisito, realmente creemos que tenemos algo que decir. Y hablo en plural porque cuando de investigar se trata nunca se está solo/a, aunque lo estemos físicamente. Lo que podemos o no podemos decir tiene que ver con el conocimiento construido socialmente hasta el momento. Investigamos leyendo/oyendo a otro/as. A autore/as de los que nos separan largos tiempos y/o extensos espacios, pero también todo lo que apre(h)endimos de profesora/es, comapñero/as, colega/s. Quienes atravesamos el periodo de “hechura” de una tesis sin abandonar nuestra militancia en la universidad, la escuela, las aulas y las calles, muchas veces debimos resignar horas de lectura, relevamiento de datos o escritura para ir a una asamblea, marcha o reunión, y muchas veces lo hicimos sintiendo que eso implicaba un sacrificio por/ para otr@s. Sin embargo los proyectos de una sociedad diferente (aunque sea una parte de ella, llámese escuela, sindicato, universidad) a los que le dedicamos muchas horas compartidas colectivamente han hecho de nosotr@s mejores investigador@s-“escribidor@s”. El debate colectivo, el aprender a escuchar, a argumentar y contra-argumentar, la necesidad de ampliar nuestro vocabulario para tener mejores herramientas al hablar y escribir, la disciplina que conlleva el trabajo en equipo, la firmeza para sostener una convicción y la humildad para aceptar los errores y críticas, la puesta en marcha de actividades colectivas y el sorteo de innumerables obstáculos que aparecen en el camino, son sólo algunos ejemplos de lo que hace con nosotros/as el intento de ser coherentes entre las palabras y los hechos, o mejor dicho de achicar esa brecha hasta que ya sea una sola cosa: praxis.

La transformación de parte de la tesis de licenciatura en Historia en este libro persigue el mismo objetivo: desenclaustrar la investigación académica, que traspase las puertas de la Universidad para que, sin dejar de ser científica, pueda ser compartida por quienes tengan interés en los temas que allí se tratan. Con este mismo criterio se seleccionó la parte de  la investigación que hoy está publicada. El anhelo de este libro pasa por socializar las ideas, para que acuerden con ellas o no, para que gusten o disgusten, para que se consideren válidas o no, para que generen preguntas o den alguna respuesta provisoria. Pero, eso sí, para que no queden restringidas a un pequeño ámbito de personas dedicadas a la investigación profesional. Como plantea el viejo -y vigente- Gramsci la nueva cultura se construye socializando ideas y no importa la originalidad o lo extraordinario de ellas si no se las comparte. En ese camino, humildemente, esperamos estar. 

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