ESPACIO ABIERTO PARA QUE LEAN, OPINEN, CRITIQUEN Y COMENTEN TODA/OS AQUELLA/OS QUE VEN A LA DOCENCIA COMO LA FORMA DE PROYECTAR LA CULTURA Y EL SABER HACIA UN FUTURO DISTINTO... A TRAVÉS DE ESTE MEDIO DAREMOS A CONOCER COMUNICADOS DE INTERÉS PARA UNA PARTICIPACIÓN PLURAL DE NUESTRA/OS COMPAÑERA/OS Y COLEGAS.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Cuando la Universidad fue Abuela


En una sociedad estructuralmente dividida como la que vivimos, no puede esperarse que las Universidades no repliquen, a su modo, esa división entre sus miembros. Están quienes piensan y actúan para que las Universidades sean sólo para unos pocos y que sirva como proveedora de cuadros técnicos y mano de obra calificada para los poderosos de turno y los privilegiados de siempre. Pero también estamos los que con nuestra praxis, vamos cimentando, poco a poco, una Universidad diferente de, para y con el pueblo y de excelencia que se traduzca en una espacio de emancipación, liberación y concreción de los deseos humanos. Por eso estamos orgulloso/as de ser quienes en Trelew logramos que las aulas se conviertan en lugares cotidianos de reunión para distintas organizaciones sociales, políticas, ecologistas, de género, de trabajadore/as, etc. Que nuestra praxis esté en las aulas y en las calles. Orgulloso/as de haber resistido los embates neoliberales de la Ley de Educación Superior y todo lo malo que conlleva (por ejemplo pagar por estudiar). De que haya estudiantes, graduados, docentes y no docentes que voten a favor de la despenalización del aborto, de la ley de identidad de género, de luchar para democratizar las toma de decisiones de los órganos de gobierno, y de estar en cada lucha importante de la zona que habitamos. Ese mismo colectivo de gente es el que impulsa el reconocimiento que a continuación es relatado por una de sus más activas hacedoras.

Por Laura Mir
“Hace quince años, en ocasión de haber invitado a que alguna Abuela diera una clase sobre Derecho a la Identidad en la Facultad de Derecho de la UBA, conocimos a Rosa Tarlovsky de Roisinblit.
En cada ocasión que vino, inclusive esta última, fue posible solventar desde todo punto de vista las actividades que se realizaron, porque se contó con el apoyo de diversas organizaciones sociales, sindicales y estudiantiles. Sin esa colaboración no hubiese sido posible coronar con éxito cada uno de los actos realizados.
La Abuela Rosa Tarlovsky mostrando el reconocimiento. Foto Diario Jornada
Hace aproximadamente un año, para su visita anterior, nos enteramos que en nuestro país no había recibido el Doctorado Honoris Causa (expresión latina que significa “por sus méritos'” o “por causa del honor” y es el título de máximo prestigio que da una universidad, de modo honorífico, en reconocimiento a méritos personales, profesionales y/o contribuciones al mejoramiento de la condición humana), distinción que sí había recibido en otros países. A partir de allí comenzamos a trabajar para otorgarle el Doctorado en nuestra Universidad.  
La vida fue dura con Rosa, primero perdió a su marido a quien amaba entrañablemente a causa de una cruel enfermedad y al poco tiempo su hija Patricia desaparecía estando embarazada y dejaba una pequeña nena que entre las abuelas criaron con todo el amor. Hace diez años encontró a su nieto buscado, pero eso no hizo que Rosa bajara los brazos, siguió luchando por encontrar a más nietos apropiados.
Llevamos la propuesta de otorgarle el Doctorado al Consejo Zonal y fue aprobado por unanimidad, pasó luego al Consejo Superior donde hubo ciertos cuestionamientos tales como ¿por qué a Rosa?, ¿cuál fue su aporte a la ciencia? No había argumento válido para poder frenar el otorgamiento del título. Finalmente se aprobó en el Superior.
El día miércoles 31 de agosto a las 19 hs. Rosa Tarlovsky hizo entrada al aula 57 de la Sede Trelew de la Universidad Nacional de la Patagonia. Se escuchaban bombos y ella no podía creer lo que le decía: “Rosita esos bombos son para vos.” La emoción y la alegría se mezclaban dentro de nosotros, atravesar el aula, verla a ella tan feliz entre aplausos, el parche incesante de los bombos, besos y elogios. Fue lo máximo. Era haber concretado de un modo maravilloso lo planificado. La Abuela Rosa está inmensamente agradecida por el cariño recibido, por la cantidad de gente que había y por haber logrado obtener su primer Doctorado Honoris Causa en una Universidad Pública del país”.



1 comentario:

Raquel dijo...

No alcanzan las palabras para expresar la alegria. Su ejemplo es tan grande y noble que muy dificilmente podrá igualarse.
Felicitaciones a todos los que propugnaron su nominación, para todos los que día a día reivindican la lucha de las madres/abuelas, para todos lo que creemos que no debemos olvidar, y que los hechos concretos son la mejor forma de expresar nuestra posición.