ESPACIO ABIERTO PARA QUE LEAN, OPINEN, CRITIQUEN Y COMENTEN TODA/OS AQUELLA/OS QUE VEN A LA DOCENCIA COMO LA FORMA DE PROYECTAR LA CULTURA Y EL SABER HACIA UN FUTURO DISTINTO... A TRAVÉS DE ESTE MEDIO DAREMOS A CONOCER COMUNICADOS DE INTERÉS PARA UNA PARTICIPACIÓN PLURAL DE NUESTRA/OS COMPAÑERA/OS Y COLEGAS.

sábado, 16 de octubre de 2010

Educación del pueblo y para el pueblo

                                                                                     Parte 1
Por Raquel Caprano

La educación es y ha sido una herramienta:
Una herramienta utilizada para, citando a Mészáros,“ proveer los conocimientos y el personal necesario para la máquina productiva del capital en expansión, (además) para generar y transmitir un marco de valores que legitima los intereses dominantes…”
Pero también la educación es una herramienta, siguiendo a Freire, para la liberación.
Por ello, la educación se ha vuelto para el capital un arma de doble filo, un arma que debe controlar puesto que en ella reside la posibilidad de reproducción del sistema en su conjunto, pero a su vez contiene en sí misma el germen que puede destruir a ese sistema.
Ante esto, el capital desarrolló en el Estado Moderno con su conjunto de instituciones burocráticas, distintas formas de control de la educación. Por ello ésta se inserta dentro del conjunto institucional estatal.
La educación se volvió una problema de estado, como ya quedó expresado en la cita de Mészáros, por la necesidad de mano de obra calificada, necesidad que hoy se extrapola y es utilizada como otra forma de control y sometimiento de la clase trabajadora en su conjunto, puesto que el riesgo de quedar por detrás de los requerimientos de capacitación implica la posibilidad real de quedar fuera del sistema laboral.
Asimismo logra imponer todo un mercado de capacitación, superando las instancias formales de educación institucionalizada, fomentando entre los trabajadores la separación entre aptos y no, entre formados y no formados, entre post titulados y no.
Y en esa capacitación predomina, y mucho, la capacitación ideológica. El Estado no se arriesga a perder el control de su principal herramienta de reproducción, por ello somete a los trabajadores de la educación, sean del nivel que sean, a una vigilancia irrestricta de sus actividades laborales y personales. Esto último se expresa en forma contundente entre los docentes que se desempeñan en los primeros niveles educativos, puesto que el sistema se instaura como mínimo hace ciento cincuenta años y por entonces la principal preocupación en cuanto a la formación se daba en el nivel primario, recordemos a Sarmiento y su expansión de la educación primaria en Argentina como forma de lograr una unidad ciudadana inexistente en ese momento.
De esta manera la legitimación y reproducción del sistema capitalista es tan importante (o más) como formar mano de obra calificada.
La educación es la institución del Estado que le permite convencer a la mayoría de la población de que este sistema es el único posible, que no existe, ni existirá otra alternativa. Para lograrlo, además de ejercer el poder sobre los ciudadanos, utiliza, para su beneficio, la otra característica de la educación: la liberación. La clase trabajadora ve en la educación su herramienta de cambio y el sistema vende ese cambio como ascenso social dentro del mismo. Pero controla fuertemente la posibilidad real de ese asenso, es decir la educación es para todos, pero no todos llegarán a los niveles más altos, con esto logra que la mayoría de la clase trabajadora no acceda a la educación superior, aquella que le permitiría tener mejores herramientas para analizar el sistema ver sus fallas y tal vez pensar en cambios.
En este sentido y teniendo claro para qué se utiliza la educación ¿por qué defenderla, por qué luchar por ella?
La educación, y más aún la educación pública, es el camino que nos puede permitir el cambio. Pero para ello debemos considerar a la educación desde una perspectiva más amplia, citando nuevamente a Métzaros, “El aprendizaje conduce a la autorrealización humana de los individuos como “sujetos socialmente ricos” (en palabras de Marx), o está al servicio de perpetuar, concientemente o no, el orden social alienante y definitivamente incontrolable del capital”.
Es allí donde reside la instancia de Liberación de la educación… en la necesidad humana de autorrealización.
Aunque nos intentan convencer de que el trabajo intelectual corresponde a un grupo selecto, Gramsci ya argumentó claramente en contra de esto al decir:
“(…) que no hay ninguna actividad humana de la cual se pueda excluir la intervención intelectual – el homo faber no puede ser separado del homo sapiens-. Más allá de eso, fuera del trabajo, todo hombre desarrolla alguna actividad intelectual; él es, en otras palabras, un “filósofo”, un artista, y por lo tanto contribuye a sostener o modificar una concepción del mundo”.
Además el aprendizaje supera las instancias formales, el aprendizaje es nuestra propia vida. Y desde allí debemos pensar los cambios más radicales. Desde allí debemos entender a la educación formal como un paso que permite iniciar la realización humana. En este sentido la educación no es sólo la trasmisión de contenidos socialmente validos, sino además la posibilidad de conocer, analizar, interpretar y modificar nuestra sociedad. Ese es el mayor valor que posee.
Por lo tanto, pensar en una sociedad distinta es pensar en una educación pública plena.

                                                                                                                                Espacio Docente

No hay comentarios: