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miércoles, 25 de abril de 2012

Tras un violento manto de silencio: las mujeres en la escuela, la escuela en las mujeres


"Bajo mis párpados otros ojos se han abierto" Adrienne Rich (1929-2012)

Lo que vivimos, lo que hacemos a diario y se llama trabajo, nuestra manera de relacionarnos con el mundo, lo que decimos y lo que no decimos, lo que sentimos, lo que sabíamos y lo que ahora sabemos. Todo cambia y todo eso se analiza desde el feminismo. De pronto descubrimos que a veces ni nuestros deseos y sueños son nuestros. Que nos discriminan  por ser mujeres y al mismo tiempo por pobres, morochas, indias, negras, lesbianas.
En este mundo gobernado por hombres, la escuela suele ser el espacio de reproducción de las diferencias: las niñas en una fila, los niños en la otra, los varones primeros en la lista, luego las mujeres, los varones juegan al fútbol, las nenas a otra cosa, nunca al fútbol. Los nenes con guardapolvo de jardín azul, las nenas rosado, a lo sumo rojo, nunca azul. En los grupos los varones rotan, las mujeres se quedan en los bancos. Los varones adolescentes en la escuela, vestidos como se les venga en gana, las mujeres con guardapolvo, porque “provocan a los varones”, así aprendemos que ellos no pueden controlar sus impulsos sexuales y la culpa siempre es nuestra. Los varones con camiones, las nenas con muñecas e historias de princesas. Que no exista el riesgo de que las mujeres sospechen que se pueden salvar solas.
Vamos a conocer autores varones, escritores, héroes de la historia, poetas, científicos. Las mujeres están calladas, ocultas en la historia y en la ciencia y la presencia de alguna de ellas en la escuela, como Alfonsina Stoni, es una muestra de la excepción a la regla. El lenguaje no nos nombra, son los alumnos, los estudiantes, los docentes.
¿Cuántas mujeres hay en la historia y en la ciencia que la escuela desconoce? Siempre hablaron de Sarmiento, en la primaria, en la secundaria, en la universidad… hoy descubrimos que existió Juana Manso, que nació en 1819, era argentina, que aparentemente hizo muchas cosas, escribió muchas cosas, luchó por la educación, y en la escuela nunca la nombraron, no hay un acto para recordarla. A pesar de que escribió y vivió tanto, recién descubrimos que, en 1854, ella dijo:
Manso: educadora, periodista, escritora
 “El círculo que traza en derredor de la mujer [sic] es
estrecho, inultraspasable (...) ¿Por qué se condena su inteligencia
a la noche densa y perpetua de la ignorancia? ¿Por qué se ahoga
en su corazón desde los más tiernos años la conciencia de su
individualismo, de su dignidad como ser que piensa, que siente,
repitiéndole: «no te perteneces a ti misma, eres cosa y no mujer»?
¿Por qué reducirla a la mujer al estado de la hembra cuya única
misión es perpetuar la raza?.”

Hemos leído autores hombres, hemos leído historias de hombres, la mujer siempre personaje secundario en la narración de los varones, siempre callada, esperando ser salvada,  siempre pensando en un hombre, nunca en ella misma.
Así pasamos gran parte de nuestra vida en la escuela. Esa misma institución que pocas  o ninguna alternativa tiene para las adolescentes embarazadas, que tibias respuestas tiene ante los hechos de violencia, que prefiere el silencio tras las puertas cuando violan a una estudiante. Ese mundo rodeado de mujeres que se llena de silencios, de acosos de los cuales a veces no se puede escapar, de diferencias, de imposiciones, de dominio masculino, de autoridad.
El sistema educativo, en el cual hay un ministro hombre, en el que los dirigentes sindicales son en su mayoría hombres -o mujeres que nunca se preguntaron por la visión/hegemonía masculina patriarcal que reproducen-, ese sistema que tiene en su gran porcentaje docentes mujeres.
Un seminario sobre feminismo pasó por nuestras vidas, y no se puede ir. La realidad cotidiana se nos presenta cruel, libre de espejismos, el aula y la escuela son espacios en los cuales la violencia grita, aunque le pidamos silencio, donde las diferencias jerárquicas y autoritarias se reproducen y no podemos seguir sin hacer nada. Empecemos por terminar con la discriminación en las escuelas, empecemos por conocer y dar a conocer a las mujeres de la ciencia, la literatura, el arte y la historia ya libres de ese manto de neblinas y silencio.
                                                                                    Espacio Docente

1 comentario:

Cintia Ramón dijo...

Comparto, en nuestra Escuela tenemos la Titi y otras que se suman jugando al futbol y marcando las reglas, juegos que proponemos, donde los pibes juegan con muñecas , donde los roles y los machismos infantiles impuestos en hogares machistas - patriarcales se están desafinado... es un camino de transformación y resistencia, no llega a todas y todos del mismo modo, en el mismo tiempo, pero se genera discusión en torno al sexismo en la Escuela. El seminario una belleza en todo sentido y pnesar que de nuestra Escuela participamos el 20% es un avance y de ahí multiplicaremos.