Hay muchas formas de luchar por lo justo. Con manos tendidas, con la palabra, con la presencia, con la mirada y la sonrisa; en la calles, desde el aula, puertas adentro de las casas. Lo que no se puede hacer nunca es dejar de luchar por lo justo.
Hoy se cumplen cinco años de un brutal asesinato… hoy se cumplen cinco años de la ausencia de un compañero, un padre, un docente, un hombre bueno… hoy se cumplen cinco años de lucha.

Falta que aquellos que dieron la orden, que le garantizaron impunidad a Poblete como para que no dudara en disparar, sean juzgados; que aquellos que justificaron, a horas de producido el hecho, sean condenados como los responsables de esa acción; que Sobisch, gobernador de Neuquén en aquel entonces, sea juzgado como jefe máximo de la Policía neuquina y el principal autor intelectual del asesinato del maestro.
Ese juicio, conocido como Causa Fuentealba II, es más duro y difícil que el anterior. Es en el que más se amenazan los vínculos políticos, la trama de encubrimientos, sobornos e impunidad que frena el normal desempeño de la justicia. Pero eso no nos debe hacer bajar los brazos, de hecho Sandra Rodriguez no los baja, y si ella con la ausencia cotidiana de su compañero, con la mirada puesta en sus hijas no decae, mal podemos nosotros/as mirar de lejos sin hacer nada. Desde Chubut, desde Espacio Docente, hemos hecho paros, movilizaciones, panfleteadas, radios abiertas, intervenciones urbanas, obras de teatro… y seguiremos haciendo. Lo seguiremos haciendo porque luchar contra la impunidad ante el asesinato de cualquier militante social es una obligación, pero como docentes, la lucha por Carlos Fuentealba se impone, nos grita, nos duele en el cuerpo y en el alma.
Por eso, seguiremos accionando para concientizar, para que no se olvide, para que el asesinato en democracia de un docente luchando por sus derechos como trabajador, no quede impune. Espacio Docente.
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