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viernes, 31 de agosto de 2012

"El Tribunal no falló a favor de la verdad"

(A W) César Antillanca estuvo en Buenos Aires para organizar el inicio de una campaña de visibilización y denuncia denominada "Violencia institucional e impunidad en las provincias de Chubut y Río Negro". El 5 de septiembre se cumplen dos años de la muerte de su hijo Gonzalo Julián, asesinado a golpes por policías de la comisaría cuarta de Trelew. En marzo de este año, pese a pruebas contundentes y un testimonio clave, el crimen quedó impune porque los acusados fueron absueltos por la justicia.

Liliana Giambelluca (Especial para Agencia Walsh)
César Antillanca sabe qué pasó con su único hijo varón durante la madrugada del 5 de septiembre de 2010. Sabe que fue a bailar y que a la salida un grupo de policías le dieron una golpiza en la rotonda 5 de Octubre y lo mataron. Lo sabe porque la autopsia reveló que el deceso fue resultado de fuertes golpes que recibió en la nuca y una chica le contó que vio cuando los policías sacaron el cuerpo de Julián del patrullero y lo "tiraron" a la calle. También sabe que un perito informó que había sangre de su hijo en el móvil policial.
 El padre sabe qué le hicieron a su hijo de 20 años de edad y lo saben los trelewenses. Todos saben todo. También sabe la justicia, pero encontró "dudas" allí donde había certezas.
Lúcido y mesurado, César quiere ser "prudente" en sus expresiones. Paradoja: busca las palabras adecuadas para explicar procederes inadecuados de policías, jueces y poder político. Asesinos unos y encubridores otros.
Ana Laura Servent, Alejandro de Franco e Ivana González son los jueces que el 19 de marzo de este año dictaron la absolución de todos los imputados en la causa de Gonzalo Julián Antillanca porque estimaron que no había elementos "suficientes" para condenar a nueve policías y a una civil acusada de encubrimiento.

 Durante el juicio se logró la verdad formal necesaria para una condena, pero los jueces, por imperio de "la duda" y la desestimación de "la probabilidad", no condenaron a los culpables, ¿por qué cree que fallaron de ese modo?
 En primer lugar mi hijo fue víctima del terrorismo policial y luego de la corrupción institucional. El fallo está corrompido porque se demostró la culpabilidad de los acusados pero se desestimaron las pruebas. Esa arbitrariedad los liberó de su culpabilidad y por lo tanto de la condena, pero no los hizo inocentes.

¿Quiere decir que para eximir a los culpables de cumplir una condena se desestimaron las pruebas?
 Así es, el caso se esclareció y los jueces se apoyaron en la valoración técnica de la prueba. Cuando digo que el fallo es arbitrario, no estoy diciendo que el tribunal no falló a favor de Julián Antillanca, digo que el tribunal no falló a favor de la verdad, que es muy diferente. Sin embargo, yo creía que con todo lo que había de contundente y veraz en la acusación se iba a hacer justicia, pero no fue así.
 ¿El fallo se apeló?
La arbitrariedad, sumada a evidentes agravios, dio origen a la presentación de un Recurso Extraordinario al Tribunal Superior, donde se pide la anulación del fallo y con ello la posibilidad de un nuevo juicio.
 Hay más "dudas" en las motivaciones de los jueces que de la verdad probada en el expediente.
Absolutamente. Además, este es un fallo de clase también. Es una condena social histórica.
 Muchos policías también son clasistas, a la vez que desclasados.
La ignorancia y el fanatismo implican una pérdida completa de la posibilidad de razonar. Cuando ellos eligen pegarle a determinada franja de personas cometen un delito clasista y cultural que no está tipificado en el Código Penal. La estrategia del control social necesita de estos delitos.
 Los pobres siempre son "sospechosos".
Así es, por eso el fallo fue un dolor muy grande para muchos chubutenses porque aquellos que alguna vez fueron abusados, avasallados y ultrajados en su dignidad, por lo menos esperaban una suerte de devolución por parte de la justicia, donde era tan clara la culpabilidad policial. Fue una derrota tremenda en lo que tiene que ver con las luchas reivindicativas sociales.



 "VIOLENCIA INSTITUCIONAL E IMPUNIDAD EN LAS PROVINCIAS DE CHUBUT Y RÍO NEGRO"
 Llama la atención la cantidad de jóvenes asesinados y golpeados por policías en Trelew y la impunidad que pesa sobre ellos.
 (C. A.) La impunidad no se puede llevar a cabo si no hay acuerdos. En Trelew existe un acuerdo tácito entre los poderes. Hay responsabilidades por parte de policías que cometen el delito y funcionarios públicos que lo omiten. También hay una responsabilidad política, que en el juicio no se trata, pero la condena debe hacerla la sociedad.
 Sin esa alianza entre los poderes sería imposible la impunidad.
Completamente. En todos los casos hay un denominador común: justicia y poder político provincial otorgan impunidad a los policías locales, pero es el gobierno quien debe garantizar la seguridad del pueblo y debe entregar a los culpables, soltarle la mano a la policía, pero es una responsabilidad que no quiere asumir. En el asesinato de Julián quedaron completamente al desnudo esos acuerdos.
 Usted tiene un compromiso absoluto con la causa de su hijo, a la vez que clama justicia por otros casos. Su historia cambió de rumbo.
Sí, cambió completamente.
 ¿Cómo era su vida antes?
Trabajaba de albañil, de pintor, de carpintero. De una vida de obrero tuve que aprender conceptos que desconocía y ubicarme en el rol de crítico social.
 ¿Aprendió mucho?
En realidad voy como puedo. Sé que debo ser prudente y lúcido porque es muy fácil perderse en este entramado de mensajes entre líneas que hay en todos los ámbitos.
 Viajó a Buenos Aires para organizar una charla, ¿verdad?
Sí, vine para organizar el inicio de una campaña de visualización de la arbitrariedad del fallo. Está prevista una conferencia de prensa y la presentación de un documento filmográfico de lo que fue el debate del juicio con los testimonios, las pruebas y el resultado. También se presentará el tema de la violencia institucional y la impunidad en las provincias de Chubut y Río Negro.
 ¿Ya está definido el espacio?
En este momento está confirmado uno de los auditorios del Hotel Bauen, que está en Callao 360, de la Ciudad de Buenos Aires, y la fecha es el 21 de setiembre a las 18 horas. Vicente Zito Lema se comprometió a apoyar y a estar presente, y también representantes del CELS y de la CORREPI.
 El CELS y la CORREPI, ¿le están dando apoyo legal o acompañamiento?
Acompañamiento. Por mi parte ahora debo continuar trabajando para difundir la campaña para luego replicarla en todos los municipios de Chubut donde se pueda. El objetivo es demostrar que el fallo está corrompido y lograr su anulación. No hay otra cuestión. Esta es una nueva etapa de lucha.
 Mencionó que se presentará el tema de la violencia institucional y la impunidad en las provincias de Chubut y Río Negro, ¿se van a presentar otros casos?
La propuesta es exponer otros casos de homicidios, dar a conocer en qué contexto se produjeron los asesinatos en manos de policías, además de desapariciones en democracia, las causas judiciales que no prosperan o que con pruebas contundentes han sido desestimadas por la justicia.
 En la causa de su hijo, ¿tiene esperanza que el Tribunal Superior acepte la verdad probada?
Sí, hay confianza en que se va a revertir la situación porque en el juicio se demostró que hay suficientes pruebas para condenar. Se ha realizado una fundamentación técnica, científica y un trabajo donde la acusación es seria, muy seria, y las pruebas son contundentes, no hay dudas.
 Una prueba irrefutable es el testimonio de Jorgelina Domínguez. ¿Ella vio cuando a Julián lo sacan del patrullero?
Sí, pero no lo bajan del patrullero, directamente lo tiran. Jorgelina fue muy clara y precisa, dijo: "No lo bajaron, lo tiraron". A Julián lo golpearon en la rotonda 5 de Octubre y como se les muere lo dejaron en otro sitio.
 ¿Los vecinos vieron algo?
No. No vieron nada.
 Cuando Julián salió del baile, ¿nadie vio que lo levantaron?
Sí, lo vieron, pero el miedo es terrible.
 Gabriela Bidera, que iba con Jorgelina Domínguez esa noche, ¿no declaró por temor?
Ella es hija de un comisario de Trelew.
 El padre le habrá dicho que no declare.
Seguramente.
 Debe estar atormentada.
No. Le aseguro que no lo está. Ella festejó el fallo junto a los policías.

Buenos Aires, agosto de 2012
Foto del entrevistado: Juan Pedro López

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