Por Raquel Caprano
Prof. En Historia
Hasta hace unos años atrás la escuela era el lugar donde se podía tener acceso a cierta información que no circulaba en los ámbitos comunes, que en ese entonces eran la televisión, la radio, los diarios, los libros, arcaísmos vistos desde hoy. Pero desde el surgimiento de Internet la circulación de información es una constante, de hecho se puede decir que actualmente estamos bombardeados continuamente por información.
De allí que cuando pienso que debo enseñar en la escuela, desde mi rol de docente en Ciencias Sociales, me he replanteado esta idea de ser la que provee, en exclusiva, la información, y sí me parece mucho más valido tratar de que los estudiantes desarrollen herramientas que les permitan analizar el cúmulo informativo que los apabulla.
Desde ese lugar me he formado, autodidácticamente, puesto que la realidad de la jornada laboral docente me impide pensar en capacitaciones -sumado al hecho de que no se dictan capacitaciones sobre esta temática- y no parece ser un problema para el Ministerio de Educación, quien en última medida vendrá a preguntarme cuáles fueron las estrategias que utilicé (si no “logré el porcentaje de aprobados que esperan) y no qué tanto sé sobre una u otra estrategia.
Como sigo considerando el aula mi lugar, sigo disfrutando del encuentro y el intercambio que desarrollamos con los chicos, sigo buscando formas de dar sentido a los contenidos que enseño.
Una frase de Simón Rodriguez me ha fortalecido en mi decisión, dijo él “El título de maestro no debe darse sino al que sabe enseñar, esto es el que enseña a aprender; no al que manda a aprender, ni al que aconseja que se aprenda. El maestro que sabe dar las primeras instrucciones, sigue enseñando virtualmente todo lo que se aprende, porque enseñó a aprender”.
Con ese gran objetivo en mente, he leído bastante (nunca es demasiado) sobre técnicas y/o habilidades de pensamiento. No es mi intención en esta sencilla nota dar un debate sobre si son técnicas o habilidades, si se debe seguir al cognitivismo o al constructivismo… ya lo daremos, pero no ahora.
Por ello en mis clases, que son en 2° año de Secundaria, doy mucha importancia a los contenidos procedimentales, nunca doy por sabido algo, vuelvo a enseñar cómo se detectan ideas principales, se hace un resumen, un cuadro, un gráfico, etc. No porque crea que mis colegas no lo han enseñado, si no porque cuanto más lo ejercitemos más efectividad lograremos.
En un mundo lleno de información lo que más necesitamos es aprender a hacer algo con esa información, y en ese sentido los jóvenes son los que más necesitan una guía, alguien que los acompañe a desentrañar la maraña informativa.
Por las dudas que la supervisora este leyendo esta nota: no se preocupe, sí doy los contenidos conceptuales, solo que pongo en juego con cada uno de ellos técnicas y/o habilidades, y al momento de evaluar le doy más importancia al desarrollo de estas últimas.
Espero que este comentario, que da cuenta de la práctica pedagógica que desarrollo, pueda servir de disparador para que otros compañeros me den su opinión sobre este tema o cuenten también sus experiencias.
P/D. Como con un solo trabajo no me alcanza para llegar a fin de mes, al igual que a todos los docentes, también soy Profesora de Orientación y Tutoría, función en la que también desarrollo esta idea, y para la que armé una síntesis de algunas técnicas/habilidades que sumo hoy a la biblioteca de Espacio Docente.
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