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miércoles, 12 de diciembre de 2012

"Convertir la bronca en tempestad; que agite, que agite todo el tiempo"

Ayer, la justicia tucumana convalidó en Argentina la industria de la explotación sexual al dictar sentencia absolutoria a los trece acusados por el secuestro y desaparición de María de los Ángeles Verón. ¿Cuál es el mensaje que nos trasmiten a la sociedad en su conjunto? La seguridad de que lo/as seres humano/as seguirán siendo tratado/as como una mercancía más y que no importa la manera en que estas “mercancías” se obtengan o se negocien.
La invisibilización del secuestro, la violación, la explotación y hasta la muerte de las mujeres no hace más que reforzar la sociedad patriarcal en la que vivimos.
Esta vez, no sirvieron las pruebas, las escuchas, las testigos que narraron el infierno vivido: todo fue ignorado por los jueces. El dinero y la corrupción esta vez ganaron pero no aniquilarán los esfuerzos de Susana Trimarco y de Micaela- la hija de Marita-.
La trata es un negocio que se sirve de la indiferencia, de la falsa masculinidad y muchas veces de la vulnerabilidad de las mujeres pobres. Prospera en la Argentina porque la corrupción la ampara junto múltiples formas de violencia hacia las mujeres.
María de los Ángeles Verón “no desapareció” fue secuestrada para ser prostituida. Es necesario nombrar cada cosa por su nombre.
Señores Jueces: ¿no era el momento de impartir justicia?
La desaparición de Marita se hizo más impune y más violenta cuando llegó a las manos de los jueces.
Es momento de cambiar el sistema judicial (y el sistema patriarcal en su conjunto). Es necesario que la sociedad luche para terminar con la explotación sexual. No dejemos que nos venza la impunidad.
¡Justicia por Marita Verón y todas las mujeres desaparecidas para ser prostituidas!
¡Sin prostituyentes no hay explotación sexual!

Vivas se las llevaron. Vivas las queremos







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