Como agrupación, Espacio Docente impulsa y
participa de diversas actividades referidas a temáticas transversales a nuestra
condición de trabajadores/as de la educación. Un ejemplo claro de esto, lo
constituye nuestra política de género y todas las tareas que de ello se
desprenden. Entendemos que como sujetos/as estamos atravesados por distintos
condicionantes como la clase, la cultura, la edad, el género entre otros y que
como sociedad padecemos y reproducimos distintas formas de opresión y
dominación que se vinculan directamente, con las desigualdades y asimetrías
existentes en las relaciones sociales. Esto cristaliza en –solo por mencionar
algunos ejemplos- casos de femicidio, homolesbofobia, muerte de miles de
mujeres por abortos en malas condiciones, tráfico de personas con fines de
explotación sexual y así podríamos seguir enumerando muchas otras formas de violencia
no solo hacia las mujeres, sino también a todo aquello que no cuadra con los
patrones sociales de la “buena moral y conducta”.
Hace ya unos años, venimos participando de los
Encuentros Nacionales de Mujeres porque creemos, que constituyen una
herramienta de concientización colectiva, de reflexión y búsqueda de
alternativas transformadoras de la realidad. La opresión y violencia –física,
verbal, psicológica, económica, sexual etc.- sufrida por niñas y mujeres en
todo el mundo, es contra lo que se revelan, estas formas de organización en las
que miles de mujeres de diversos orígenes y características comparten
experiencias, ideas y posicionamientos. Este año y específicamente en el mes de
octubre, la sede del XXVII Encuentro Nacional de Mujeres fue la ciudad de
Posadas, en la provincia de Misiones y no casualmente una de las consignas
principales fue la denuncia y lucha contra el tráfico de personas. Es que esta región,
concentra la mayor cantidad de desapariciones de niñas y mujeres, producidas
con total connivencia y complicidad por parte del poder político, judicial e
instituciones policiales.
Pero las reivindicaciones y
luchas no se agotan en el desmantelamiento de las redes de tráfico, sino que
incorporan otros aspectos que van contra un sistema económico social machista y
patriarcal, que nos explota como trabajadoras y a su vez nos oprime en nuestra
condición de mujeres. Un ejemplo de esto, lo constituye la campaña por la
despenalización del aborto, la cual coloca en el centro de la discusión las
desigualdades económicas existentes en las miles de muertes por abortos
clandestinos. El punto es que quien cuenta con los recursos económicos, logra
acceder a una intervención médica en buenas condiciones de seguridad e higiene,
aunque sea en la clandestinidad. Distinta es la situación de una mujer humilde,
que generalmente acuden a lugares que no cuentan con los más mínimos requisitos
de salubridad, pero que es lo que el bolsillo puede pagar. Pero sobre este
tema, existe otra cuestión fundamental: el derecho a decidir sobre nuestros
propios cuerpos. Es por todo lo dicho hasta aquí, que apoyamos e impulsamos la
lucha por el aborto legal, seguro y gratuito en hospitales públicos.
Porque queremos una sociedad
justa, donde las diferencias no sean motivo para denegar derechos, seguiremos
participando de los encuentros de mujeres, seguiremos denunciando todo caso de
violencia -en cualquiera de sus formas- seguiremos insistiendo en que es
posible construir una sociedad en la que todxs, podamos tener la libertad de
ser diferentes, pero a la vez iguales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario