Si la pasión es asociada a una
total entrega de una persona hacia otra, puede terminar en la muerte. Nilda
Ávila, de 44 años, pagó con su vida el protagonizar un
supuesto “drama pasional”. En realidad Nilda fue víctima de femicidio a
manos del que era su marido Jesús Marciano Flores de 55 años.
Las mujeres en esta sociedad
somos víctimas de muchas violencias; una de ellas es que los hechos en los que
somos sometidas y violentadas sean constantemente sujetos al análisis a partir
de la desconfianza y de la culpabilidad hacia nosotras.
Según medios locales dos policías
llegaron a la escena del crimen cuando Nilda todavía estaba con vida. Dos
policías, dos versiones; uno de ellos afirma que la mujer dijo: "Él
no tiene nada que ver, yo fui”. El otro afirma que ella dijo: “"Me tiró,
me tiró...”
¿Palabras tan diferentes entre sí
pueden escuchar dos personas? Tal vez siga operando la idea del “crimen
pasional” que justifica el femicidio perpetrado por Flores desde la falsa
noción de que no pudo hacer más que asesinar. Tal vez sea que la palabra del
hombre -“Se pegó un tiro sola”- tenga más peso que la de la mujer agonizante. Y
ese machismo subrepticio tiñe el hecho concreto bajo un velo de confusión
y desconfianza hacia la agonizante Nilda. Una vez más se intenta liberar de
culpa y cargo a un asesino de mujeres.
La violencia machista prosigue en
Chubut. Hace poco tiempo Cristina Cayequl en Esquel (el asesino: Daniel
Esteban Orias; ex pareja de Cristina, denunciado infinidad por violencia
y acoso hacia Cristina), hace más tiempo Yanina Truequil la cual fue víctima de
femicidio a manos de Eugenio Daniel Ruiz que había sido puesto en
libertad luego de haber asesinado a su anterior pareja.
Ahora la historia parece
repetirse: quizás una sola muerte no es suficiente para ser considerado un
femicida. Este hecho nos muestra que existe una inequidad en las relaciones
entre varones y mujeres, una inequidad que afecta a la mitad de la población.
Esta desigualdad es la muestra de la falta de libertad que padecen las mujeres,
una desigualdad que se cobra muchas veces con la vida. Cuando una mujer es
asesinada por su pareja, como sociedad vemos el impacto de esas
condiciones desiguales que parecen naturales. Condiciones que afectan la
libertad social de las mujeres.
Desde la Cátedra Abierta de
Género exigimos juicio y condena a Jesús Marciano Flores por el femicidio de
Nilda. Entendemos que una de las formas de resistir a tanta violencia de género
es precisamente utilizando un lenguaje que a la vez pueda concientizar a la
sociedad en general de la situación alarmante que estamos padeciendo: los
“crímenes pasionales”, “dramas pasionales” NO EXISTEN. Justicia por este femicidio (nominemos
correctamente)! ¡JUSTICIA PARA NILDA!
Nos ponemos a disposición de
familiares y amigxs de Nilda para realizar todas las acciones necesarias para
que su femicidio no quede impune.
¡Ni una mujer menos, ni una
muerta más!
Cátedra Abierta de
Género, Trelew.
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