Mujeres trabajadoras

La mujer durante siglos ha sido sometida a la doble explotación en el sistema capitalista, debido a que no sólo es esclava asalariada, ya que debe trabajar de una forma agotadora para poder subsistir, sino que además es sometida a esa cultura machista (patriarcado) - que se remonta a la aparición de la propiedad privada-, haciéndonos creer que somos inferiores al hombre y que por “nuestra naturaleza” debemos realizar las labores del hogar y el cuidado de los hijos. Estas tareas, en realidad, nos fueron adjudicadas histórica y socialmente, y es un trabajo que, aún cumpliendo una función económica fundamental, hacemos gratuitamente.  

Desde que nos insertamos en el mercado laboral, padecemos constantes abusos y presiones: tanto en el aspecto físico, al hacernos realizar el mismo trabajo que los hombres por un sueldo mucho menor, y en condiciones laborales más precarias; psicológicos: al remarcar continuamente la supuesta diferencia entre  los sexos y las capacidades físicas. Sin dejar de lado las presiones sociales y hasta familiares, que en el peor de los casos son las más violentas. No sólo es una diferencia salarial, sino que las mujeres ocupamos mayoritariamente puestos de baja calificación, y únicamente el 15% de las que están insertas en “altos” puestos acceden a niveles de dirección, situación que también es sospechada por la supuesta forma de ascenso. 

Por ello creemos que la mujer debe participar activamente en la lucha política y sindical, defendiendo iguales derechos para todos, en unidad de acción  con el hombre, combatiendo el machismo, combatiendo la explotación y defendiendo juntos un programa que tienda hacia la verdadera igualdad. Todas y todos somos conscientes de que la terminación de nuestra explotación como mujeres y como varones la podremos alcanzar poniendo fin a la explotación que ejerce el capitalismo sobre la clase trabajadora, por lo que tenemos que seguir luchando por políticas que mejoren nuestras condiciones actuales.

Y como trabajadoras recordar y tomar este 8 de marzo como un día más de lucha por nuestros derechos, sin perder de vista la lucha que llevaron acabo las miles de obreras,  que desde el siglo XIX realizaron huelgas contra las jornadas de  doce horas y los salarios miserables.