Adán Buenosayres de Leopoldo Marechal

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Esta novela comienza con un presuntuoso recorrido poético de la ciudad de Buenos Aires desde la mirada de un pájaro que la sobrevuela y continúa con un soliloquio de Adán evocando la naturaleza metafísica de la rosa. Y allí el genio de Leopoldo Marechal se expresa en su capacidad de explayarse y mantener al lector atrapado en sus propios dilemas mientras decide entre quedarse en cama o levantarse para ir a trabajar. Adán es maestro de escuela, periodista, etc; pero ante todo es Poeta, y a todos lados anda con sus dos cuadernos y el sueño de trascender. El texto no da respiro y la tregua que significa concluir un capítulo es aquí efímera porque el lector siempre querrá continuar la lectura de esta maravillosa obra que, sin embargo, resulta siempre entretenida con personajes satíricos, críticas mordaces y situaciones insólitas que desnudan al Ser argentino, nos muestran nuestra naturaleza, nuestros orígenes, entre la ironía y la mirada siempre crítica.

Adán Buenosayres es sin duda una de las grandes novelas de la literatura argentina, que no solo nos brinda una imagen mítica y poética de aquel Buenos Aires de mitad de siglo, sino también una crítica impecable de todos sus actores. La mirada de Leopoldo Marechal nos ayuda a comprender problemáticas sociales actuales (la obra es también política) como lo son la Ley de Medios y la eterna Lucha del Campo donde la posición del autor es clara, también se ríe del criollismo, debate filosóficamente con sus contertulios, da clases en la escuela primaria, describe el plantel docente y a los alumnos de entonces y hasta se anima a recrear un infierno dantesco vernáculo.

Creo que esta obra es recomendable para un segundo o tercer año de Polimodal, por la profundidad y la extensión, para que sea realmente disfrutada y aprovechada. Son necesarias ciertas referencias históricas para comprender las críticas irónicas y muchas de las situaciones que debe enfrentar el personaje.

Juan Pablo Capdevila

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